Consagración del corazón por el mundo




Una decena del rosario por las intenciones de la Virgen María 
Mensaje de la Santísima Virgen en Medjugorje el 25 de marzo de 1991 
“Queridos hijos, hoy los invito a vivir la Pasión de Jesús en oración y unidos a él. Decídanse a dedicarle más tiempo a Dios, que les ha concedido estos días de gracia. Por lo tanto, hijos queridos, oren y de manera especial renueven en sus corazones el amor por Jesús. Estoy con ustedes y los acompaño con mi bendición y mis oraciones. Gracias por haber respondido a mi llamado.” 

MEDITACIÓN 
Para la Inmaculada, ¿el cuerpo no le ofrece acaso la posibilidad de un doble martirio? Un martirio cruento bajo la presión exterior de los enemigos de Dios y un martirio de amor, que es una nueva muerte de amor; no tanto por la dulzura y el reposo del recogimiento, sino por la violencia de sus inflamados ardores, demasiado fuertes para el cuerpo y que hacen estallar el corazón. (Padre Thomas Philippe O.P., La vida escondida en María) 
“Feliz la que ha creído”. Esta bendición alcanza su pleno significado cuando María está junto a la cruz de su Hijo (cf Jn 19,25). El Concilio afirma que esto sucedió “no sin un designio divino”: “se condolió vehementemente con su Unigénito y se asoció con corazón maternal a su sacrificio, consintiendo con amor en la inmolación de la víctima engendrada por ella misma”; de este modo María “mantuvo fielmente la unión con su Hijo hasta la Cruz” (Lumen Gentium, n° 58): la unión por medio de la fe, la misma fe con la que había acogido la revelación del ángel en el momento de la Anunciación... Por medio de esta fe María está unida perfectamente a Cristo en su despojamiento. 
(Juan Pablo II, Redemptoris Mater, n° 18) 


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