CONSAGRACIÓN DE SÍ MISMO Y DEL MUNDO
AL CORAZÓN INMACULADO DE MARÍA,
REINA DE LA PAZ
Como don de la espiritualidad de Medjugorje, en el “Centre International” Communion Marie Reine de la Paix, se elaboró este Retiro de Consagración, en el espíritu de la Reina de la Paz, cuya primera edición, en español, fue publicado en Argentina, el año 1997.
La virtud de este verdadero “Tratado Mariano” es que reúne los fundamentos esenciales, del auténtico espíritu de la Consagración a María, como lo proclama la misma Iglesia, del Tratado de la Verdadera Devoción de San Luis María Grinion de Monfort.
La teología y pastoral de la Iglesia, en la devoción Mariana se ve claramente iluminada por los Mensajes de la Reina de la Paz, seleccionados para cada día y cada aspecto de este camino de conversión, sanción y paz, así como de la riqueza de la experiencia en la escuela de María, de grandes testigos, entre ellos San Juan Pablo II, San Bernardo y otros.
“La unión con María ofrece a los más pobres los frutos de la unión mística que sólo encontramos en las séptimas moradas: la infancia espiritual, la intimidad con la vida trinitaria, el deseo intenso de sufrir en unión con la pasión redentora de Cristo, el total abandono a la voluntad de Dios y gracias de intimidad casi constantes. Tradicionalmente la vida de unión con María, unida a Dios, se manifiesta como una luz que Dios concede al final de la noche del espíritu, como un grado suplementario y más íntimo de la unión. Por la consagración al Corazón Inmaculado de María, el más sencillo de hijos de la Virgen goza de las ternuras y de los auxilios reservados habitualmente al novio o al esposo.”
“Consagrar y sacrificar significan etimológicamente lo mismo: hacer sagrado por medio de una ofrenda a Dios. La finalidad de la consagración es la de sacrificarse totalmente por amor, pero en el Corazón de María, esto es, de la manera más dulce y tierna. Todo aquello que no podemos cargar nosotros mismos se lo ofrecemos a Ella, para que al igual que en el sacrificio de la Misa, por la consagración, el amargo pan de la miseria se convierta en dulce pan de ángeles.
La consagración a María Reina de la Paz, consiste en entregarse totalmente a María para ser invulnerables a los dardos inflamados del Príncipe de este mundo, que quiere devorar a los hijos de la Mujer revestida de sol.
La palabra de Jesús debe interpelarnos de una manera imperiosa: al final de los tiempos el amor de un gran número se enfriará (Mt 24,12). La finalidad de la consagración es que seamos capaces, entregándonos al Corazón de María, de llegar a amar con un amor divino. La Eucaristía, sacramento del amor extremo, nos ayudará de manera cotidiana y deberá acompañar este retiro. En esta nueva milicia de la Inmaculada que es la Comunión María Reina de la Paz debemos lograr el reino de María en los corazones y entre los corazones. El sacramento de la reconciliación es también un medio privilegiado para restablecer el reino de la Virgen en y entre nuestros corazones.
María, por su Asunción y su Coronación en el Cielo permanece en el corazón de la Trinidad, allí donde su Hijo nos ha preparado un lugar. María que habita en la Trinidad, quiere también hacer su morada en el corazón del hombre. Presente en el Cielo, no lo está menos en la tierra, estableciendo así un puente sobre el abismo que nos parecía infranqueable. Orando con este retiro de consagración, se procurará penetrar, por medio de la oración, la meditación y la adoración, en el corazón mismo del misterio trinitario.
Nuestra hermana Erica del Centro Medjugorje en México, desarrolló las meditaciones en audio para movil (link de whatsapp para recibirlo), y dejamos enlace para descargar el texto.
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