Dame ese privilegio...




Si he de morir así, porque en situación normales 
no merezco estar a tu lado, 
dame Providente expirar a su Maternal costado…
Si con mi agonía, custodiado por tu Sierva,
quien no te conoce,  encuentra la Fe que es  alegría, dame Padre morir ahora, para estar cerca de María.

Si el desamparado y sediento, al sufrir  enfermedad y tortura, por mis dolores encuentra del cielo el consuelo, dame Cristo morir por la Reina de los corazones.
Si es menester de la Madre, abrazar a Cristo expirado en los pobres y abandonados, servir quiero a Ella, que elige a los descartados.

¿Que más podría agradecerte vida, si padeciendo por la iniquidad y la persecución, me hayas otorgado de ser adoptado por la Madre del silencio, que nos abraza en el fatal desconcierto?: dadme Paráclito, mi último aliento.

Si en esta pandemia funesta, sentencia de los poderosos, trampa de los engañosos, grito de la humanidad, das la oportunidad de morir en los brazos de la Gospa Reina de la Paz, no merezco tal  privilegio, mas del mendigo y confinado, la Doncella de Nazaret se ocupa de esos cuidados; quiero la ganancia de los despreciados por el mundo, y que sea para María mi último aliento: dame Madre en tus brazos despedirme del tiempo.


Pbro. Patricio Romero




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